La deuda del Estado alcanza su mayor nivel desde ¡1913!


Publica hoy el País de Goldman Sachs un buen resumen sobre la situación en España en manos de la vieja corte caciquil monárquica y reaccionaria. Tras él, les añado una cosecha propia en la que, en 2008 -hace 4 días-, explicábamos al detalle esos mismos hechos -calcados en la crisi hispana del AVE OPUS- que narra hogaño el diario de la intelectualidad nacional y que llevaron entonces al bienio revolucionario y la 1ª República española, que acabó con el golpe del general Pavía y la toma por el ejército de las Cortes, fuera entrando sobre el caballo -como narran la vox populi y las crónicas- o desde el despacho real.

El País: La deuda pública española ha superado en el primer trimestre de 2012 el listón del 70% del producto interior bruto. La deuda del conjunto de las Administraciones Públicas creció un 13,2% en el último año, hasta situarse en 774.549 millones, lo que supone el 72,1% del PIB, según datos publicados este viernes por el Banco de España.

Ese nivel es el más alto de la historia reciente de España y el mayor, por tanto, de los que figuran en la serie estadística que facilita el Banco de España, que arranca en 1990. Pero la historia es muy larga y la cifra de hoy no es máximo histórico. En realidad, es el nivel más alto desde hace casi un siglo.
El Fondo Monetario Internacional ha recopilado los datos disponibles de deuda pública de los países que forman parte de la institución. Según su base de datos, el nivel actual de deuda pública es el mayor de los últimos 99 años, en concreto desde el 76,7% en que se situó la deuda pública en el año 1913.
La deuda pública venía reduciéndose desde la crisis de 1898, cuando España perdió sus últimas colonias de Latinoamérica (Cuba y Puerto Rico).

Los gastos de la guerra y la crisis económica posterior habían provocado que la deuda pública ascendiese al 124% del PIB en 1902. Desde ese nivel se fue reduciendo paulatinamente hasta ese 76,7% de 1913, siempre según los datos del FMI.
Pero el mayor nivel de deuda pública registrado por el organismo internacional es el 162% del PIB del año 1880, el primero de los que el FMI tiene en su base de datos (aunque de nuevo no es el máximo histórico absoluto). Ese nivel de deuda pública se alcanzó durante el reinado de Alfonso XII. El mínimo de la serie del FMI, en cambio, se alcanzó en 1975, con un 7,3% del PIB, tras un periodo de fuerte crecimiento en el que además el Estado apenas proveía de servicios públicos.

De la crisis del ferrocarril a la crisis del ladrillo

Pocos años antes de ese dato del 162%, en 1866 había estallado la peor crisis sufrida por el sistema financiero español en todo el siglo XIX. "La estructura bancaria levantada en un decenio se colapsó. Los investigadores son unánimes en el diagnóstico: la causa principal del desastre residió en la extrema concentración del riesgo crediticio", explican Albert Carreras y Xavier Tafunell en su libro Historia económica de la España contemporánea.
Ambos autores explican que las sociedades de crédito y los bancos de emisión habían volcado sus préstamos e inversiones en los ferrocarriles y el resto de su cartera estaba formado por deuda pública. Los ferrocarriles eran a la banca de entonces lo que los activos del ladrillo a la de ahora. "El fracaso económico de las compañías de transporte ferroviario empujó al abismo a las entidades que las financiaban. Un déficit público rampante y desbocado, que presionaba fuertemente al alza los tipos de interés y, por consiguiente, a la baja las cotizaciones de la deuda pública y el resto de valores mobiliarios, dio la puntilla a las sociedades bancarias", continúan Carreras y Tafunell.

El único pánico bancario de España

Eso dio lugar al único genuino pánico bancario que ha ocurrido en España. El público acudió en masa a las ventanillas de las oficinas a retirar los depósitos y a reclamar la conversión del papel moneda en metálico y de los 60 bancos existentes solo sobrevivieron una quincena, de los que solo tres o cuatro eran importantes.
Aquella corrida bancaria provocó una crisis económica que desembocó en la Revolución de 1868. Desde el punto de vista financiero, provocó que en 1874 se concediese al Banco de España el privilegio de emisión de dinero. Ese año, los tipos de interés a largo plazo alcanzaron el 17,3%, el máximo histórico, en medio de una situación crítica de la Hacienda Pública, castigada por la última guerra carlista en el interior y la revuelta independentista en Cuba. En 1880, la deuda era del 162% del PIB, aunque luego se fue reduciendo rápidamente tras una reestructuración que supuso el impago.

España, un país con múltiples impagos

Grecia, el país que ha sacudido la eurozona con la crisis de la deuda, es el Estado europeo que más tiempo ha estado en situación de impago de su deuda en la historia contemporánea: 50 años desde 1800, según el libro de Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff (Esta vez es distinto: ocho siglos de necedad financiera). Pero España es también uno de los reincidentes históricos en el impago.
La enorme carga de la deuda llevó al Estado español a la situación de impago o reestructuración de su deuda en 13 ocasiones desde 1800, entre otras en 1809, 1820, 1831, 1831, 1834, 1851, 1867 y 1882, siempre según el libro de Rogoff y Reinhart. En total, España ha estado en situación de impago 23,7 años desde 1800.
Ese impago de 1882 es el último registrado por Reinhart y Rogoff. Tras él, la deuda pública se redujo al 74,9% del PIB en 1884, según los datos del FMI, unos niveles ligeramente superiores a los actuales.

¿A qué recuerda esta crisis? (1860-2000)
Enviat per Carles Acózar a la/es el dilluns 3 de novembre de 2008


Hace 140 años, pasaron hechos que se asemejan -y mucho- a los que vivimos ahora.

Ello demuestra una cosa: Sabían muy bien lo que hacían y donde nos metían: lo hicieron aposta y premeditadamente: PP-PSOE-CiU_UPN-PNV-CC y demás morral a franquista española.


Álvarez Cascos -el inefable doberman asturiano presidente por un día- repartió entre todo el personal de Correos a los que arruinó con sus nefasta gestión, sólo superada por la de su sucesor Feijoo -heredero de Fraga-Franco y futuro de Rajoy el embustero-, un libro sobre el desarrollo de las comunicaciones en España, facsímil, enorme. Allí se explicaba, en un informe oficial de la época, el desastre económico que llevó a la primera República, precisamente, y que sirvió de Mein Kampf a Aznar, Rato y cía.
Aquí los datos de 1860 en adelante:


Se empezó la pelota al hacer el gran proyecto de ferrocarril nacional, financiando a bolsa las empresas adjudicatarias con acciones que subieron disparadas en bolsa indefinidamente, arrastrando con alegría todos los demás valores y, donde todo el mundo que tenía un duro el invirtió, viendo hincharse el globo, y creyendo en la infinitud del espacio en el bolsillo (¿les recuerda algo el Ave Opus PP-PSOEy las estaciones y líneas vacías de Ciudad Real o los aeropuertos de Carlos Fabra, el lotero?).


Esperando, además, que el funcionamiento y conexiones de los diferentes trozos listos todavía aumentarían los beneficios a capazos de Gargantua.
Paralelamente, los precios de los inmuebles urbanos, afectados por planes urbanísticos desmesurados y enfocados hacia la burguesía, multiplicaron los precios de alquileres o de cualquier vivienda y, lógicamente, los precios de los productos básicos de todo tipo.
Los precios subían en la calle como si todo fuera la fiesta bursátil, y la gente empezó a pasar mucha hambre. El pan subió en porcentajes desaforados mes a mes, y por semanas, los peajes que los arrieros (estamos en 1860!) Tenían que pagar -aparte de un muy controlado, casi monopolista y corrupto mercado del trigo, que luego se amplió a otros cereales- disparaban los precios de las mercancías de una villa a la otra. Dado que las cargas no podían ser muy grandes por la inexistencia de caminos adecuados, la suma de cada porte, tasa de puente (pontazgo) o cruce de ciudad (portazgo) o de venta en el mercado obligaba a una inflación de precios inaccesibles para el mundo rural y el proletariado urbano, es decir, un setenta por ciento largo de la población.
Resultado: la corrupción y la ineficacia de los encargados de hacer los ferrocarriles retrasó e incluso hizo desaparecer en quiebra total las diferentes empresas constructoras de los proyectos. 
Un ejemplo: se hacía pasar el tren por las tierras del señor, aunque fuera el peor trayecto, y le pagaban a precio muy por encima del real. En el Casino todos contentos, riendo y viva el rey Carlitos o la reina Isabelita que escogía personalmente los miembros de su "guardia", claro que compitiendo con su marido, que también amaba mucho a los guardias... 


¡Mientras rey o reina mande, España no cambia de dueños!


Como de golpe, en la primera quiebra, la bolsa se hundió, y las empresas detuvieron producciones y cerraron puertas en pocos días. Sin pedidos de hierro, las siderúrgicas y el carbón -de sur a norte- quedaron heridos de muerte, y todo transporte, incluida la marina mercante y los astilleros, sin trabajo.
Los talleres, pequeños y grandes, proveedores del mundo de la vía, se detuvieron en seco.
La gente, sin ahorros de ningún tipo, se quedó sin trabajo ni dinero para pagar los alquileres (propietarios de la vivienda entonces eran muy pocos).
Las casas quedaban vacías, desahuciadas, y los que podían se amontonaban en pisos patera o regresaban al pueblo de origen donde quizás se podía comer. Las letras del tesoro y la deuda pública eran impagables pues todas las fuentes de ingreso del estado habían quebrado. Las escasas joyas de la corona, como las minas de mercurio de Almadén, si no habían sido vendidas, se daban en concesiones lesivas para el estado, privatizándolas y repartiéndose el gobierno las comisiones.
...Y los obreros, de 8 a 80 años, organizados en asambleas, se echaron a la calle gritando, como 60 años antes: ¡Viva la Pepa! (La Constitución republicana de Cádiz).
Fue el Bienio Revolucionario, que acabó en la 1 ª República y, ésta, con el caballo cabalgado por el burro Pavía -o no- en medio de las Cortes y los diputados corriendo San Jerónimo abajo..., de ahí lo de la Carrera, supongo...


Pero entonces, en dos años de gobierno republicano asediado en todo momento por la oligarquía y el clero, ya habían bajado los precios de la vivienda, del pan ... Y no veas cómo! Para unos pocos, ¡demasiado!



A què recorda aquesta crisi? (1860-2000)

http://lacasaeuropa.blogspot.com.es/2008/11/qu-recorda-aquesta-crisi-1860-2000.html#3588728617729562303

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