Contra la plutocracia, Socialismo de Estado

La Economía de Transición al Socialismo de Estado

En una auténtica democracia la libertad de empresa y el acceso al capital han de ser, ambos, derechos elementales, por lo que es precisa una banca pública que cuide y estimule la innovación empresarial, con financiación y control públicos.
En las oligarquías plutocráticas occidentales el beneficio empresarial, desmedido y sin control, no guarda relación con los aumentos salariales, pese a que ambos son, como mínimo, resultado de un trabajo de equipo y conjunto, de unos mismos resultados. 
Un beneficio que tampoco se obliga a reservar capital para los inevitables cambios a que las tecnologías en desarrollo obligan, en plazos cada vez más cortos, no superiores al lustro en la actualidad.
Cambios camuflados bajo "crisis", perfectamente previstas por sus agentes, útiles para -con el unánime apoyo mediático necesario- hacer pagar a los trabajadores, quienes durante los beneficios se mantuvieron en los mismos niveles de precariedad, las deficiencias e injusticias evidentes de un modelo que, bajo el camuflaje publicitario correspondiente, asoma las orejas del caciquismo y las plutocracias imperialistas de siempre.

El objetivo de la Economía de Transición al Socialismo de Estado es dotar a la sociedad de una alternativa democrática, respetuosa con la propiedad privada legítimamente adquirida, que reequilibre la actual tendencia a la privatización, monopolización y oligarquía de los capitales en cada vez menos individuos más poderosos, capaces de demoler economías estatales y poner en jaque sociedades enteras desde sus paraísos fiscales, en un simple juego de monopoly totalmente injusto e incontrolado por quienes debieran velar por ello y que, fruto de la corrupción inherente al sistema plutocrático capitalista, se limitan a beneficiarse de él.

El primer paso es la referida creación de una banca pública que nunca debiera haberse desmantelado, siguiendo los intereses de los que ahora nos quieren salvar de la crisis con que ellos (Aznar y amigos) se han enriquecido (y siguen) a costa de expoliar el país y confundir el estado de derecho con la política de ladrones de la derecha.
Y, al mismo tiempo, proceder a la socialización y democratización de las empresas; en una primera fase, con dos modelos para el desarrollo y aplicación práctica de la ETSE: las empresas de nueva creación y las ya existentes.

En ambos casos, el estado propondrá, líbremente, la opción de una fusión de las contabilidades -de la empresa y de Hacienda- aportando mensualmente, a través de medios electrónicos, toda la facturación, contabilidad, nóminas y balances correspondientes, por lo que las empresas ahorrarían una parte considerable de sus actuales gastos y el estado controlaría más efectivamente la limpieza de la gestión.

El gobierno facilitará créditos, desde entidades e instituciones de dominio y control público provistas de funcionarios de carrera, para la creación, ampliación o renovación de empresas, a intereses individualmente estipulados con cada una, en base a los criterios de formación de éstas, como el capital aportado por las partes o el número de empleados y su influencia en el tejido económico local. 
Por ejemplo:
Individuo X pretende abrir comercio o industria en barrio Y. 
Servicios municipales (o, en su defecto, comarcales o autonómicos) le asesoran e informan de las posibilidades del negocio, en base a un estudio de mercado gratuito, por técnicos del funcionariado. Vista su viabilidad se ofrece un crédito al 2% de, pongamos, 100.000€, cuando en el mercado están al 8%.
El Estado se reserva un 6% del capital de la empresa en acciones, que ésta podrá recuperar pagando la diferencia y sus intereses, cuando le venga bien y si lo desea.
La empresa avanza pero precisa un aumento de capital. Las mismas condiciones. La empresa crece y el estado con ella.
La financiación estatal podría vehicularse a través de deuda pública o bonos del tesoro, especialmente destinados a ella. Asimismo, el conjunto de pymes englobadas en la ETSE podrían cotizar, a través de una empresa con mayoría de control público como la actual Correos, en bolsa, aportando nuevos recursos garantizados por la transparencia de medios y objetivos.
Ante la planificación y licitación de obras públicas, estatales a municipales, se dará preferencia en las adjudicaciones a las empresas reguladas según el modelo de la ETSE y de contabilidad concertada, ya mencionada, y de reversión proporcional de los beneficios, que ahora se expone.

La Reversión Proporcional de Beneficios (Reprobe):
Acciones+salarios = impuestos+inversión = beneficio del capital: 
El triple reparto del capital y de la reinversión.

¿Y los trabajadores?
Pongamos la misma empresa con diez trabajadores. Cada uno recibe un salario según calificación profesional y convenio durante el primer ejercicio. Si se generan beneficios, el reparto de éstos, al segundo año de antigüedad en la empresa, se realizará según un cuadruple prorrateo:

- Un 20 a 30% de reserva para amortización y renovación de infraestructuras y/o maquinaria (según ramo productivo).

- Un 30% para aumentos de salarios, repartido en dos bloques (aquí el cascabel del gato) a negociar anualmente entre empresa y trabajadores-sindicatos: aumento directo salarial y/o participación en acciones de la empresa.

- Un 30% para el capital, también, según períodos de mayor a menor liquidez y riesgo, en capital monetario+acciones. En todo caso la proporción entre pago monetario y acciones será la misma para ambas partes.

- Un 10 a 20% para el estado, hasta la amortización de los créditos y el retorno de las acciones a la empresa. Si la empresa desea renunciar a la recuperación de las acciones, o aplazarla, este 10% podría ser deducido de otras tasas, hasta compensar la cantidad ingresada por la Hacienda Pública.

La participación del Estado y los trabajadores en el capital empresarial permitirá su participación en los consejos de administración y, por tanto, el control efectivo de la planificación y gestión en tiempo real. 
Asimismo, la interdependencia facilitará la planificación estatal y los cambios de modelos tecnológicos o las nuevas directrices de interés general de los mercados, como las carreras universitarias o la formación profesional, en colaboración con las propias empresas, así como su reparto geográfico, distribución y ubicación, optimizando sus posibilidades de desarrollo y evitando la concentración en áreas privilegiadas y muchas veces desmesuradas, como ahora sucede. 

Para las empresas ya existentes la inclusión en la ETSE podría realizarse a través de créditos preferentes a cambio de una participación correspondiente en acciones y a la posibilidad de pagar con ellas la totalidad o una parte de los impuestos anualmente.

Cabe, asimismo, una nueva ordenación de los tramos en el impuesto de la renta, incrementando los tipos máximos y reduciendo los mínimos, de forma que una mayoría de la población vea aumentada su capacidad adquisitiva de manera inmediata, paralelamente a los salarios europeos, que mantienen distancias enormes con los españoles mientras que los precios hace tiempo que -en lo fundamental- ya son los mismos. 

Es imprescindible la aplicación de una tasa que grave los movimientos especulativos de capital -incluyendo las fraudulentas cesiones de acciones por comisión, stock options y ventas a la baja- y premie las inversiones estables, tanto a nivel internacional como estatal. 
Asimismo la existencia de paraísos fiscales en la propia CE, como Austria y su secreto bancario, Luxemburgo y sus innumerables privilegios, Mónaco, Andorra, Vaticano, Lichtenstein, San Marino o incluso Israel y Gran Bretaña, es un atentado directo a la democracia económica de los países que padecen la sangría de capitales. De hecho, es la comprobación rotunda de la inexistencia de la propia democracia en las oligarquías parlamentarias occidentales. Sin su eliminación es utópico pensar siquiera en un control efectivo de la especulación financiera. Ni siquiera los estados pueden individualmente competir ni enfrentarse a la piratería y las mafias internacionales. Sólo eliminando sus centros operacionales y recuperando los capitales expoliados podrá eliminarse este cáncer criminal e inmoral.
Control o caos, democracia global o estados fascistas y policiales que garanticen únicamente los privilegios de los oligarcas, no hay otra alternativa ni justa ni democrática. La apuesta está sobre la mesa, y jugamos todos.

(El primer artículo sobre la ETSE se publicó en septiembre en la roigesfera).

Comentaris

  1. D. Carles, es usted un iluso. Mejor dicho un utópico. ¿Usted cree que eso lo iba a aceptar más del 5% de la población? (Y seguro que soy optimista).
    Yo desde luego lo firmaría ahora mismo. Ahora ya le digo que soy parte ideológica interesada.

    Salud y República

    ResponElimina
  2. Amigo Almazán, gracias por su apoyo y ¡a la fuerza ahorcan! Algo tengo de ambas cosas -y espero mantener una proporción significativa hasta diñarla, que ya sabe vd que es sano y ayuda a aguantar-. La idea, como todas, salió de sumar otras, y a la postre de éso se trata, de sumarse, mejorarla y hacerla viable.
    ¿No ayuda el gobierno a empresas con dinero de los trabajadores? Pues sería como poco justo que las empresas fueran también del estado y de los trabajadores. En caso de quiebra fraudulenta -como las de aquí- o descolocación...: ¡cooperativa! Más salud y ojalá pronto la República!

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