1514: Una historia de conquistadores, caciques, terroristas de estado e intelectuales



Martín Fernández de Enciso, Bachiller en Cosmografía y autor de la primera geografía en castellano

Pedrarias Dávila, el Resucitado

Pedro Arias de Ávila o Pedrarias Dávila, era hermano del conde de Puñonrostro: “el gran justador”, “el galán”, “el gran cortesano”. Su abuelo era Diegarias, Diego de Arias, tesorero de Castilla con Enrique IV (H.Thomas), y un tío suyo fue obispo de Segovia. Nació hacia 1440, pero no es seguro. Casó con Isabel de Bobadilla, sobrina de Beatriz de Bobadilla, la gran amiga de Isabel la Católica, y tuvo con ella nueve hijos. Los Dávila gozaban del favor real y recibieron las rentas de las salinas de Duernas y más tarde otras en Andalucía.
Dado por muerto, y a punto de ser enterrado, fue abrazado por un criado que descubrió que aun vivía y se le llamó “el Resucitado”. Celebraba todos los años el hecho con un requiem solemne, ataviado para su entierro y dentro de su ataúd.
Nombrado gobernador de Castilla de Oro (antes Tierra Firme, hoy Venezuela y Colombia) en junio de 1513, por recomendación del obispo Juan Rodríguez de Fonseca. Su sueldo sería de 366.000 maravedís al año. Fue retenido en España durante 1513, mientras un comité trabajaba en el Requerimiento para mejorar el trato dado a los indios.
Se atribuye al bachiller Martín Fernández Denciso o de Enciso (el Manifiesto de los Comuneros a Carlos I en 1521 irá firmado por un Bachiller Denciso) la forma final que adoptó el documento jurídico denominado Requerimiento, que fue redactado con anterioridad a la Junta de Valladolid de 1513, por el cual se justificaba que Fernando el Católico podía requerir a los indígenas la entrega de sus tierras pero intentando poner límites, inútilmente en la práctica, a los infinitos abusos contra los indígenas.


Tercer Viaje de Martín Fernández de Enciso a Castilla de Oro o Tierra Firme

Martín Fernández de Enciso Nacido parece ser en Calahorra, vivió sus primeros años en Logroño, donde alcanzó el cargo de alcaide (1498) y después lugarteniente del corregidor (1499), siendo ya bachiller. Más tarde “bachiller en Cosmografía”, actuó como geógrafo, navegante y administrador, alguacil de Tierra Firme, alcalde y brigadier, siempre al servicio real. Vivió desde finales del s. XV hasta 1530 ó 31. Fue piloto en el tercer viaje de Colón.

Probablemente fue bachiller en Leyes Civiles, como vemos por los numerosos pleitos en que intervino, aunque en su Suma Geographica editada en Sevilla (1519) se define ya como “bachiller en cosmografía”, y es citado ya como brigadier al fin de sus días, hacia 1531. En 1510 era teniente de navío, tendría entonces entre 30 ó 40 años.

Tras su famoso y accidentado viaje con Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa, fallecido en combate con los indios caribes, volvió a España en 1512, donde presentó quejas contra Vasco Núñez de Balboa y reclamaciones sobre el Darién. Balboa fue después condenado sólo al pago de costas y daños causados a Enciso, gracias a su descubrimiento del Mar del Sur u Océano Pacífico y al oro enviado al rey. 

El 13 de septiembre de 1512 Enciso fue designado corregidor de Santo Domingo pero, ante las noticias llegadas a la Península sobre que Balboa había encontrado grandes riquezas, obtuvo el nombramiento de alguacil mayor de Tierra Firme (Castilla de Oro. Denciso, en su Suma Geográphica, se nombra: “Alguazil mayor de la tierra firme de las Indias Occidentales llamada Castilla de Oro”).

Poco antes habían llegado a España Juan de Quicedo (o Caicedo) y Rodrigo de Colmenares, los dos procuradores enviados a la corte por Vasco Núñez de Balboa, portando noticias sensacionales de aquellas tierras. Dice el padre Las Casas que sembraron que “el oro de aquellas regiones se pescaba con redes”. 

Eran los mismos que habían llevado a Enciso a La Española, consiguiendo de Diego Colón el mando para Balboa. Como descubrimos en uno de los archivos después citados, Caicedo era veedor de la reina, como el propio Martín.

El papel de Rodrigo de Colmenares, que acudiera a llamar a Nicuesa mientras más tarde le rechazaban por Enciso y, al fin, escogían a Balboa, da que pensar en el maquiavelismo de Vasco Núñez que se libró de los gobernadores fieles a España enfrentándolos entre sí y enemistándoles, y que enviaba sus embajadores pero sin arriesgarse a aparecer ante una autoridad que pudiera arrestarle. Actuaba más como un virrey que como un gobernador, y su actitud de alianzas con los indios sugiere que, como harían más tarde Cortés y Pizarro, su idea no era conquistar para España sino para sí y los suyos. 

Es lo que se ha denominado la actitud Comunera de los conquistadores, paralela a la presencia flamenca en la corte y al reparto de poderes de Felipe el Hermoso y Carlos, al margen y en contra de la antigua nobleza española, los testamentos reales y los fueros y leyes de sus reinos y cortes.

En 1513 Enciso compareció ante Diego Barbosa “alcaide de los alcázares y atarazanas de Sevilla”, en relación con una casa que tenía delante de la Casa de Contratación (APS, i/939), en el barrio de Triana y muy cerca de la Torre del Oro.
La fecha del nombramiento de Pedrarias fue el 27 de Julio de 1513, como gobernador y capitán general de Tierra Firme, llamada desde entonces Castilla de Oro, donde se hace constar que no gobernará “la tierra que descubrieron Bicente Yáñez Pinçón y Juan Díaz de Solís ni la provincia de Paria... porque estas dos partes de tierra, a causa de estar muy lejos de donde vos habéis de residir, no las podriais gobernar” (Archivo de Indias, Panamá, legajo 233, Lib. I, fol. 33).

Con Gonzalo Fernández de Oviedo como veedor real (espía) y con el grupo bizarro de Martín Fernández de Enciso, Bernal Díaz, etc., fue a Darién o Castilla de Oro en abril de 1514. Vicente Yáñez Pinzón “anduvo en disponer la armada de Pedrarias en muchas cosas”.
Ésta se inicia en una orden del Rey Fernando el Católico a los oficiales de la casa de Contratación, datada en 31 de Mayo de 1513: “Libro de los despachos de tierra firme, que se enpeçó en Valladolid a treynta y uno de mayo de MDXIII años”.

“En 1514, expresamente para la armada de Pedrarias Dávila, que al parecer iba falta de pilotos experimentados al no embarcar en ella Vicente Yáñez, se nombraron pilotos a Juan Serrano y micer Antonio Mariano” (J. Manzano). Vicente Yáñez adquirió y acondicionó tres carabelas de la gran armada: la Santa María de la Merced, pilotada por Pedro de Ledesma, la Concepción (nao capitana, llevando en el viaje por maestre a Juan de Miño –o del Myño- el Mozo), y la Sancti Spiritus, las dos últimas compradas en Portugal. También nombró el rey, a petición de Pedrarias, para su embarque en la armada a Juan Vespucio (sobrino de Américo, ya fallecido) y Andrés de San Martín. Vicente Yáñez, dispuesto a sustituir al cesado “por inútil para el cargo”. Alonso Dorta, en la Sancti Spiritus, tuvo que desistir por problemas de salud y fue sustituido por Rodrigo Yañez, en 15 de marzo de 1514.

Gonzalo Fernández de Oviedo, embarcado en uno de los navíos, dice que salieron del puerto de Sanlúcar el domingo de Carnestolendas de 1514, que cayó aquel año en 26 de febrero, pero a poco de salir una tormenta hundió algunos barcos y les hizo regresar. La partida definitiva sería “el Martes Santo, que se contaron once días de abril”, de 1514.

1513-07-04 (Valladolid) Real Cédula al Doctor Sancho de Matienzo, tesorero de la Casa de la Contratación, para que de los maravedies de su cargo pague a Juana de Rebolledo, mujer del bachiller Enciso quince mil maravedies en el año 1513 y otros tantos en el año 1514, de que se le hacen merced para ayuda de su mantenimiento, por cuanto su marido va a Tierra Firme por mandato de S.A.

El nombre del personaje a la derecha es Martín Fernández de Enciso
Martín Fernández de Enciso regresó en abril de 1514 a Castilla de Oro con Pedrarias Dávila, para quien realizó una invasión del territorio cenú (o sinú), y obtuvo después esclavos con Pedrarias el mancebo. Fue más tarde en busca del oro del cacique Dabeiba (o Dabaybe, en Colombia), tal vez con Balboa que también estuvo allí, con el objetivo de conseguir información de los indios respecto a dónde existían yacimientos de oro. En el corazón de Colombia dejó su huella con la fundación de una ciudad que aún existe: Enciso. Si alguien pretende seguir la mítica ruta del Dorado, que inició Enciso, esa es la última pista.

El historiador Hugh Thomas afirma: "Dijo, al parecer, que era muy razonable que el rey enviara hombres para exigir a los indios idólatras que le entregaran sus tierras, pues se las había dado a él el Papa. Si los indios se negaban, podía con toda justicia declararles la guerra, matarlos y esclavizar a los que no murieran en la batalla, exáctamente como Josué había tratado a los habitantes de la tierra de Canaán. El cacique cenú dijo que el Papa debía de estar borracho cuando entregó sus tierras al rey de España. Su monumento a San Pablo en Valladolid cita la conquista de Jericó por Josué". 

Hablamos del famoso Requerimiento. Ya dijimos que se atribuye al bachiller Martín Fernández Denciso o de Enciso la forma final que adoptó el documento jurídico denominado Requerimiento, que fue redactado con anterioridad a la Junta de Valladolid de 1513. El propio Martín explica en su geografía, la primera escrita en castellano y publicada en 1519 con una segunda edición en 1521, los hechos como los vivió. Un documento único, que demuestra que para Martín -y para sus descendientes como Juan Fernández de Enciso y Rebolledo- los derechos de los indígenas debían ser equiparados a los de los conquistadores. Nadie le escuchó.

El Requerimiento

En el folio 106 de la Suma Geographica cita Denciso el Requerimiento:
“Yo requerí, de parte del rey de Castilla, a dos Caciques destos del Cenú, que fuessen del rey de Castilla. Y que les hazya saber como había un solo dios que era trino y uno y gobernaba al cielo y a la tierra; y que este había venido al mundo y había dejado en su lugar a sant Pedro y que sant Pedro había dexado por su sucessor en la tierra al sancto padre que era señor de todo el mundo universo en lugar de dios; y que este sancto padre, como señor del universo, había fecho merced de toda aquella tierra de las indias y del Cenú al rey de Castilla; y que por virtud de aquella merced que el papa le había hecho al rey, les requería que ellos les dexasen aquella tierra, pues le pertenescía. Y que si quisiesen vivir en ella como se estaban, que le diesen la obediencia como a su señor y le diessen en señal de obediencia alguna cosa cada un año; y que esto fuesse lo que ellos quisiessen señalar; y que si esto hazían, que el rey les haría mercedes y les daría ayuda contra sus enemigos. Y que pondría entre ellos frayles o clérigos que les dixessen las cosas de la fe de Cristo. Y que si algunos se quisiessen tornar cristianos que les haría mercedes y que los que no quisiessen ser cristianos que no les apremiaría a que lo fuessen sino que se estuviesen como se estaban. 

Y respondiéronme: Que en lo que dezía que no había sino un dios y que este gobernaba el cielo y la tierra y que era señor de todo, que les parecía bien y que así debía ser. Pero que en lo que dezía que el papa era señor de todo el universo en lugar de dios, y que había hecho merced de aquella tierra al rey de Castilla, dixeron que el papa debía estar borracho cuando lo hizo, pues daba lo que no era suyo. Y que el rey que pedía y tomaba tal merced debía ser algún loco pues pedía lo que era de otros; y que fuesse allá a tomarla que ellos le pondrían la cabeza en un palo, como tenían otras que me mostraron de enemigos suyos, puestas encima de sendos palos cabe el lugar. Y dixeron que ellos se eran señores de su tierra y que no habían menester otro señor. 

Y yo les torné a requerir que lo hiziessen sino que les haría la guerra y les tomaría el lugar, y que mataría a cuantos tomasse o los prendería y los vendería por esclavos. 

Y respondiéronme que ellos me pondrían primero la cabeza en un palo; y trabajaron por lo hacer, pero no pudieron porque les tomamos el lugar por fuerza aunque nos tiraron infinitas flechas y todas herboladas (envenenadas) y nos firieron dos hombres con yerba y entrambos murieron de la yerba aunque las heridas eran pequeñas. Y después prendí yo en otro lugar al un cacique de ellos que es el que dixe arriba que me había dicho de las minas del nocri y hallélo hombre de mucha verdad y que guardaba la palabra y le parecía mal lo malo y bien lo bueno. Y que así desta forma se hazen allá todas las guerras. Desde este río del Cenú hasta el golfo de Urabá hay 25 leguas (unos 125 km.)”. 

Desde su cargo de alguacil mayor, Enciso consiguió la destitución de Balboa como gobernador interino del Darién, pero el rey Fernando nombró a Vasco Núñez Adelantado del Mar del Sur.
Regresa Balboa de sus exploraciones en 1518 ante la llegada de un nuevo gobernador, Lope de Sosa, pero temiendo que declare contra él por sus múltiples abusos sobre los indígenas, Pedrarias le hace procesar por el licenciado Espinosa, acusándole de múltiples cargos, como la muerte de Nicuesa. Condenado con otros cuatro compañeros, Pedrarias le hará matar por el hacha del verdugo, pese al matrimonio con su hija que le hacía ser su yerno, en la plaza de Acla, el 14 de enero de 1519.

“Vasco Núñez de Balboa, que era quince años más joven que Ponce de León, fue muerto por orden del gobernador de Darién, Pedrarias Dávila...” (J. Verne).

En el momento de la llegada de Pedrarias, la fortuna personal de Balboa era de unos 10.000 castellanos, según narra fray Juan de Quevedo a Toribio Cintado, cit. en Altolaguirre. Una buena razón para el insaciable Pedrarias.

Pedrarias era ”un aristócrata viejo, duro y absolutamente ignorante del mundo en el que iba a actuar” (Tuñón de Lara). Murió el 6 de marzo de 1531 en León. Gonzalo Fernández de Oviedo dijo que debía ser el responsable de la muerte de, al menos, dos millones de indios.

Carlos Acózar y Gómez
de El enigma Enciso
                                                 

"Poder, instrucción, ordenanzas a Pedrarias Dávila"
Archivo General de Indias
Signatura: PATRONATO,26,R.5
Código de Referencia: ES.41091.AGI/29.3.12.1//PATRONATO,26,R.5
Poder, instrucción, ordenanzas a Pedrarias Dávila
Fecha Creación: 1513

Alcance y Contenido: Traslado del poder, instrucción y ordenanzas dadas a Pedrarias Dávila cuando fue al descubrimiento, conquista y población de la Tierra Firme, llamada Castilla del Oro con la armada que se le puso a su cargo: se le nombró capitán general y gobernador de lo que descubriese y poblase con otras gracias y prerrogativas. Hecho el poder y la instrucción en Valladolid, 24 y 30 de julio de 1513.

Tiene 23 capítulos:
En el folio 20 se halla el requerimiento que debía hecerse a los indios.
En el folio 23 copia de la obligación, juramento y pleito homenaje que hizo Pedrarias Dávila en Valladolid el 18 de agosto de 1513.
En el folio 24 está una relación que manifiesta el modo que se tuvo en gastar y vender en Tierra Firme la hacienda del Rey, que llevó Pedrarias Dávila en su armada con su cuenta y razón por el factor Juan de Tavira.
En el folio 33 hay una carta en relación original de Vasco Núñez de Balboa en la que describe detalladamente los efectos y progresos de esta jornada de Pedrarias Dávila; hecha en Nuestra Señora de la Antigua en el Darién el 16 de octubre de 1515.
En el folio 44 consta que como el rey no tenía la suficiente confianza en Pedrarias Dávila y nombró por adjutores al obispo fray Juan de Quevedo, al tesorero Alonso de la Puente, al contador Diego Márquez, y al factor Juan de Tavira.
En el folio 54 hay un extracto de lo que resultaba de los papeles sacados del colegio de San Gregorio de Valladolid.
En los folios 66 a 108 se encuentra una relación del adelantado Pascual de Andagoya en la que dice que en 1514 se embarcó en Sevilla Pedrarias Dávila, a quien el Rey Católico proveyó por gobernador de Tierra Firme, llamada Castilla del Oro, con 19 naos y 1.500 hombres; primero llegó a la isla de la Dominica, de aquí partió y fue a la provincia de Santa Marta. Se describe todo el rumbo de su viaje, situación de las tierras, distancias, provincias, costumbres, habitantes, y noticias de las riquezas que podrían hallarse. Dice además, que Pedrarias Dávila llegó al Darién (que no había descubierto Colón), en 1514. Esta relación comprende los años de 1513 a 1541; contiene toda la historia de la armada de Pedrarias Dávila desde su salida de Sevilla. Se narran los encuentros que tuvieron con los habitantes de aquellos países desconocidos, las desavenencias de los españoles entre sí: Cristóbal de Olid fue muerto a puñaladas, Pedrarias Dávila murió y le sustituyó en el gobierno Diego Alvarez Osorio, obispo, a quien sucedió Rodrigo de Contreras, yerno de Pedrarias.
Los folios 109 al 115 son dos relaciones de Pedrarias Dávila, oficiales de Castilla del Oro y del Darién, por las que dan cuenta a Su Majestad de lo que le habían escrito relativo a los efectos de aquellos países.
En el folio 116 hay una carta de Pedrarias a Su Majestad en que le dice haber pacificado todo lo que había descubierto y repartido sus indios; que tenía grandes noticias de riqueza en aquel país, y que lo recorrería; hecha esta carta en Santa María de la Antigua del Darién el 7 de octubre de 1520.
Por último contiene muchas cartas de Pedrarias Dávila, del adelantado Pedro de Alvarado y de otros descubridores muy conocidos en la historia de las Indias.
Hay además una carta de Pedrarias pidiendo a Su Majestad provea ciertas cosas para el bien de aquellas tierras; hecha en la villa de Acla el 20 de abril de 1519, de 4 folios.
Además hay varias relaciones a Su Majestad diciéndole detalladamente todo lo que pasaba en aquellas tierras: 1ª, fray Juan de Quevedo, 1515; 2ª, del bachiller Corral, 1515; 3ª, del licenciado Espinosa, 1514; 4ª, de Alonso de la Puente, 1514; 5ª, de Vasco Núñez de Balboa, 1514; 6ª, del bachiller Enciso, 1514.




De "El enigma Enciso"
 de Carles Acózar

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