Evelyn Mesquida: "Los de La Nueve fueron los vencedores de Hitler"
El soldado a la derecha sobre la franja roja, al que apenas se le ve la cabeza, es Rafael Gómez Nieto, uno de los dos supervivientes de La Nueve, con Manuel Fernández Arias
"A las seis de la mañana, emprendimos la marcha hacia París, llegando hasta la población de Antony, donde fuimos detenidos por un escuadrón de republicanos españoles. La lucha en aquel sector se había recrudecido y aquellos bravos muchachos de la república española consideraban peligroso nuestro avance. Aproveché la oportunidad para establecer conversación con ellos y confieso que me cautivó su entusiasmo y su valor.
Poco después de las nueve, recibieron ordenes de proseguir la marcha y antes del mediodía entrábamos en los arrabales de París precedidos por los republicanos españoles que eran aclamados delirantemente por la población civil".
Charles C. Wertenbaker
Corresponsal en Francia de The New York Times.
Crónica publicada el 26 de Agosto de 1.944
Recorrido de La Nueve hacia París
"Busqué a estos hombres para contar su historia en un reportaje, pero enseguida entendí que esa historia merecía mucho más".
Quien así habla es la periodista Evelyn Mesquida, autora del libro La Nueve (ediciones B) que el año 2008 vio la luz en España y en 2009 en Francia. En sus páginas se relatan las aventuras de aquellos que lucharon a las órdenes del general Leclerc, desde los desiertos africanos hasta el corazón del III Reich, pasando por Normandía y los frentes europeos. Los mismos que desfilaron con sus tanques por los Campos Elíseos, en la liberación de Paris.
CLIO ha conversado con ella, para averiguar cómo fue la gesta de esos 146 soldados que formaron parte de una de las compañias más míticas de la II Guerra Mundial.
C- ¿Qué era la nueve?
E. M. -Ese fue el nombre con el que se conocia en Francia a "la neuvième" compañia del Tercer Batallón de Marcha del Chad. La componían 160 hombres, de los que 146 eran españoles, siendo la única unidad francesa donde las órdenes las daban oficiales españoles en español. Se les distinguía perfectamente porque conducían tanquetas con el nombre en sus costados de las principales batallas de la Guerra Civil, junto a la bandera republicana: "Guadalajara", "Brunete","Teruel", "Ebro", "Guernika", e incluso, "Don Quijote".
C- Parece ser que su creación partió de una idea del mismo general Leclerc.
E. M.- Sí. Apoyado por el coronel Joseph Putz, al que los españoles adoraban, se formó como una compañía de choque, siempre en avanzadilla para enfrentarse directamente a las tropas alemanas. Quizás por eso sólo sobrevivieron a la guerra 16 de aquellos 146 soldados.
C-¿En qué consistió su bautismo de fuego?
E. M.- La primera incursión de La Nueve como tal se produjo en Normandía, pero todos sus integrantes venían de combatir a los alemanes en Noruega, Túnez, Egipto o Libia. Fueron también los autenticos vencedores de Hitler, porque llegaron hasta el mismo Nido del Aguila. Se les tenía por combatientes extraordinarios al poseer la experiencia de la guerra de España y porque todos luchaban verdaderamente motivados.
C-¿Evitó ese arrojo el rechazo de sus compañeros franceses?
E. M.- Parece ser que todo el mundo les tenía gran admiración, pero también tuvieron que rebelarse contra muchas humillaciones, demostrando solidaridad y coraje, lo que pagaron en ocasiones con su propia vida.
C- Y fue seguramente por ese valor que se les recompensó desfilando en Paris...
E. M.- Las tanquetas de La Nueve fueron las que acompañaron al general De Gaulle en el desfile de la victoria, el 26 de agosto de 1944. Fue idea del general Leclerc, deseoso para que aquellos hombres recibieran también el aplauso de los franceses.
C-¿Qué reconocimientos obtuvieron esos hombres por parte del Gobierno francés?
E. M.- Por muchos testimonios, incluido el de Jorge Semprún, que vivió aquella época, los republicanos españoles de La Nueve fueron considerados como héroes. Pero en cuanto terminaron los festejos y tuvo que escribirse la historia oficial, su papel relevante fue deliberadamente olvidado.
C- ¿Cómo vivieron una vez terminada la contienda?
E. M.- Tuvieron que aprender a vivir como exiliados, ganándose la vida con muchas dificultades y guardando una gran nostalgia de su país.
C- ¿También el Gobierno español se olvidó de ellos?
E. M.- Gracias al gobierno español posterior al franquismo y a la alcadía parisina hay doce placas que recuerdan la entrada en la capital de La Nueve. Pero creo que tanto el gobierno francés como el español, deben todavía un verdadero reconocimiento público a quienes lucharon por los valores presentes en nuestras democracias, la libertad, la solidaridad y la justicia".
"Hasta ahora, estos hombres han estado olvidados. Es como un homenaje, como un reconocimiento, una forma de decirles gracias", explica Evelyn Mesquida, autora del libro, con el que pretende rescatar el olvido el enorme papel de los republicanos españoles.
Las mujeres de La Nueve
L'affiche rouge
Vous n'avez réclamé ni gloire ni les larmes
Ni l'orgue ni la prière aux agonisants
Onze ans déjà que cela passe vite onze ans
Vous vous étiez servis simplement de vos armes
La mort n'éblouit pas les yeux des Partisans
Vous aviez vos portraits sur les murs de nos villes
Noirs de barbe et de nuit hirsutes menaçants
L'affiche qui semblait une tache de sang
Parce qu'à prononcer vos noms sont difficiles
Y cherchait un effet de peur sur les passants
Nul ne semblait vous voir Français de préférence
Les gens allaient sans yeux pour vous le jour durant
Mais à l'heure du couvre-feu des doigts errants
Avaient écrit sous vos photos MORTS POUR LA FRANCE
Et les mornes matins en étaient différents
Tout avait la couleur uniforme du givre
A la fin février pour vos derniers moments
Et c'est alors que l'un de vous dit calmement
Bonheur à tous Bonheur à ceux qui vont survivre
Je meurs sans haine en moi pour le peuple allemand
Adieu la peine et le plaisir Adieu les roses
Adieu la vie adieu la lumière et le vent
Marie-toi sois heureuse et pense à moi souvent
Toi qui vas demeurer dans la beauté des choses
Quand tout sera fini plus tard en Erivan
Un grand soleil d'hiver éclaire la colline
Que la nature est belle et que le coeur me fend
La justice viendra sur nos pas triomphants
Ma Mélinée ô mon amour mon orpheline
Et je te dis de vivre et d'avoir un enfant
Ils étaient vingt et trois quand les fusils fleurirent
Vingt et trois qui donnaient le coeur avant le temps
Vingt et trois étrangers et nos frères pourtant
Vingt et trois amoureux de vivre à en mourir
Vingt et trois qui criaient la France en s'abattant
Ni l'orgue ni la prière aux agonisants
Onze ans déjà que cela passe vite onze ans
Vous vous étiez servis simplement de vos armes
La mort n'éblouit pas les yeux des Partisans
Vous aviez vos portraits sur les murs de nos villes
Noirs de barbe et de nuit hirsutes menaçants
L'affiche qui semblait une tache de sang
Parce qu'à prononcer vos noms sont difficiles
Y cherchait un effet de peur sur les passants
Nul ne semblait vous voir Français de préférence
Les gens allaient sans yeux pour vous le jour durant
Mais à l'heure du couvre-feu des doigts errants
Avaient écrit sous vos photos MORTS POUR LA FRANCE
Et les mornes matins en étaient différents
Tout avait la couleur uniforme du givre
A la fin février pour vos derniers moments
Et c'est alors que l'un de vous dit calmement
Bonheur à tous Bonheur à ceux qui vont survivre
Je meurs sans haine en moi pour le peuple allemand
Adieu la peine et le plaisir Adieu les roses
Adieu la vie adieu la lumière et le vent
Marie-toi sois heureuse et pense à moi souvent
Toi qui vas demeurer dans la beauté des choses
Quand tout sera fini plus tard en Erivan
Un grand soleil d'hiver éclaire la colline
Que la nature est belle et que le coeur me fend
La justice viendra sur nos pas triomphants
Ma Mélinée ô mon amour mon orpheline
Et je te dis de vivre et d'avoir un enfant
Ils étaient vingt et trois quand les fusils fleurirent
Vingt et trois qui donnaient le coeur avant le temps
Vingt et trois étrangers et nos frères pourtant
Vingt et trois amoureux de vivre à en mourir
Vingt et trois qui criaient la France en s'abattant
Louis Aragon
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