El Muro que se extiende

Celebran, los señores y sus siervos, la fecha de una traición. Cuando Gorby y Reagan firmaron un tratado de desarme y cooperación que debía suponer el fin de la guerra fría y que el destino de aquel 30 y tantos % de los presupuestos nacionales dedicados a la inversión bélica pudieran destinarse a solventar los infinitos desafíos para la supervivencia de los pueblos. Debían abrirse las fronteras, de palo, de espino o de cemento, para la libre circulación de los ciudadanos, miembros de la gran familia humana, ¡pero sólo se abrieron para el capital!

Una vez más, sólo fue una trampa. A Gorbachov le desterró su delfín, el oso borracho e inmoral que regaló Rusia a los nuevos amigos de Washington, bombardeando la Duma ante el aplauso y manipulación de los hechos que, hasta hoy, debemos seguir soportando.
Pero la evidencia es clara. No hay más paz. El capitalismo alcanzó y sobrepasó su cénit de cinismo inmoral, multiplicando las fronteras y los muros, convirtiendo a los paises expoliadores en buitres sin depredadores, ni freno aparente, encerrados en guettos concéntricos, donde los barrios, las ciudades y las naciones pertenecen a mundos ajenos, los ricos con los ricos, los miserables hacinados y sin esperanza, sin alternativa, con el "comunismo muerto"...
¡Y aún hay quien parece creérselo!
Carles.

Palestina: Un muro que crece cada día, para escarnio y vergüenza de todos ésos que pasean sus fracasos por Berlín

La “caída” del Muro y la Revolución latinoamericana
Heinz Dieterich
Rebelión
1. La entrega del Muro de Berlín

La versión políticamente correcta de Occidente sobre “la caída del muro” es la siguiente:
Guenter Schabowski, periodista de profesión y miembro del Buró Político del Partido Socialista Unificado de la Alemania socialista (SED), anunció en una conferencia de prensa televisada del 9 de noviembre de 1989, una liberalización de los viajes de ciudadanos de la RDA a Occidente.
Al terminar la conferencia, un periodista le preguntó: ¿Cuando entra en vigor esa ley?” Schabowski dijo, “de inmediato”. Y, de inmediato, muchos ciudadanos de la RDA fueron al muro para pasar a Berlin Occidental, a la Alemania capitalista (RFA).
Las tropas fronterizas, que no estaban informadas, no las dejaron pasar. Cuando sus sorprendidos oficiales consultaron con autoridades superiores, les dijeron que sí, que era un nuevo decreto del Politburó dado a conocer por Schabowski hacía unos cuantos minutos en la televisión. Entonces los dejaron cruzar. Todo espontáneo y democrático: un pueblo buscando la reunificación.


La verdad histórica, que empieza a abrirse paso, es diferente.
El entonces alcalde de Berlin-Occidental (RFA), Walter Momper, acaba de revelar que se reunió unos diez días antes de la apertura del muro clandestinamente con Schabowski.
En esas reuniones, el funcionario de la SED le informó de que se iba a abrir la frontera y de que las autoridades de la RFA debían prepararse para un éxodo. De la misma manera, la pregunta del periodista acerca de la entrada en vigor de la ley liberalizadora, no fue más que una finta para ocultar la conspiración de la entrega de la RDA, organizada por sectores de la elite política de la SED.

El periodista que hizo la pregunta era el italo-alemán Riccardo Ehrman quien trabajaba para la agencia de noticias italiana ANSA. Ehrman había recibido una llamada de Gunter Poetschke, director de la ADN, agencia de noticias de la RDA, en la cual Poetschke le solicitó que hiciera la pregunta sobre las nuevas leyes de tránsito.
Ehrman llegó tarde a la conferencia, pero logró hacer la pregunta -con Schabowski pasando por alto a un periodista estadounidense- y obteniendo la consabida respuesta. A pocos minutos de haberse terminado la conferencia, a las 19:31, ANSA distribuyó por el mundo la noticia intitulada: “Ha caído el Muro de Berlín.”

2. La moraleja para la Revolución latinoamericana

El análisis de la capitulación de la clase política socialista de la RDA es de enorme actualidad para el proceso revolucionario latinoamericano, aun cuando mencionamos sólo dos de las razones principales que la hicieron posible. Egon Krenz, el penúltimo Presidente de la RDA, ha dado dos de las respuestas más sintéticas a la pregunta sobre el porque del colapso del Estado socialista alemán, refiriéndose a un componente objetivo y otro subjetivo. El objetivo es que “El destino de la RDA siempre estuvo vinculado al destino de la URSS”, porque fue un “producto de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Fría. Terminada la Guerra Fría y desaparecida la URSS, “¿cuál podía ser su destino?”

Ese argumento de Krenz se refiere al papel de las alianzas estratégicas en las guerras de liberación anti-imperiales, por ejemplo, las intervenciones pro-independentistas de Francia y Gran Bretaña en los triunfos de las Guerras de Independencia norteamericana y latinoamericana, o también, de la URSS y China en el triunfo de Vietnam.
Es un argumento de suma importancia ante el hecho, de que en los próximos meses la agresión de Washington contra Venezuela entrará en su fase abiertamente agresiva y que la ausencia de alianzas estratégicas de Venezuela es una debilidad de suma preocupación. El gobierno bolivariano tiene, sin duda, el apoyo de Rusia, Irán y China, pero tales relaciones bilaterales no alcanzan el status de alianzas estratégicas.
El componente subjetivo de la implosión de la RDA se encontró en la falta de vanguardia operativa capaz de implementar las innovaciones necesarias para la renovación del Partido, Estado y de la sociedad, en las condiciones del Siglo XXI.
Desde 1985, revela Krenz, había sectores de la alta clase política socialista que vieron la necesidad de sustituir a Erich Honecker y darle un salto cualitativo al “Socialismo realmente existente”, resolviendo, entre otras cosas, el problema del cambio generacional a tiempo. Sin embargo, el inmovilismo del sistema fue tal, que hasta el 18 de octubre, 1989, la vieja guardia inmovilista seguía controlando el SED.

Cuando se sustituyó a Honecker el 18 de octubre de 1989, fue demasiado tarde para la necesaria recuperación de la “iniciativa estratégica” (Krenz) por parte de los reformadores y de la credibilidad en la población, porque el 9 de octubre, una muchedumbre de 70.000 manifestantes en Leipzig le había arrebatado pacíficamente esa iniciativa estratégica al Estado y al Partido, pese a que el director de las “milicias fabriles” (Betriebskampfgruppen) había amenazado tres días antes con el uso de la fuerza.
Ante la ausencia de una vanguardia real en la clase política socialista de la RDA, la pérdida de la iniciativa estratégica del 9 de octubre nunca pudo ser revertida por el Partido de Estado.

3. Fin del Socialismo del Siglo XX, cambio de la historia mundial

El 9 de noviembre, sin un solo disparo, el imperialismo reconquistó en una noche lo que con todas sus armas nucleares no había podido reconquistar en 44 años: el territorio del país más avanzado del Socialismo del Siglo XX. La importancia histórica de este acontecimiento se puede comparar a la Toma de la Bastilla en la Revolución Francesa que inició el derrumbe del antiguo régimen (ancien régime) a nivel francés, consumado posteriormente a nivel europeo por la espada de Napoleón, el “gerente general” de la burguesía europea. Y con el control de Europa, el capitalismo tenía asegurada la conquista del globo.

La caída del Muro, a su vez, terminó con el antiguo régimen del Socialismo del Siglo XX en el corazón de Europa. En consecuencia, el orden bipolar de la posguerra desapareció para evolucionar hacia el Nuevo Orden Mundial cuatripolar -Estados Unidos, Unión Europea, China, India- pasando por el interregno de tres lustros de dominación unilateral global de Washington. La incapacidad de los partidos del Socialismo del Siglo XX para evolucionar hacia el Socialismo del Siglo XXI abrió las puertas a la restitución euroasiática del régimen del capital. Pero su caída también quitó del camino de la evolución los infranqueables obstáculos materiales y dogmáticos del estancado modelo stalinista, incapaz de toda innovación necesaria para adecuarse a las condiciones del Siglo XXI.

El trágico triunfo de la contrarrevolución de 1989/90 ha devuelto la dialéctica evolutiva a la humanidad, recordándoles a los revolucionarios del futuro una eterna verdad. Sin vanguardia no hay muros ni fusiles, capaz de sostener una revolución.

El polvo que levantó la caída del Muro de Berlín no se ha asentado aún.
Nezavísimaya gazeta

Moscú, 9 de noviembre, RIA Novosti. El 9 de noviembre se celebra el 20 aniversario de la demolición del Muro de Berlín, símbolo de la guerra fría y la confrontación de muchos años entre dos sistemas políticos. ¿Se hizo más sólida la paz en el planeta tras aquel acontecimiento? No se puede responder con un firme "sí" a tal pregunta, lamentablemente, escribe hoy el diario ruso Nezavísimaya gazeta.

Tras el Muro, vinieron abajo el Tratado de Varsovia y el sistema socialista. Dejó de existir la Unión Soviética. Las tropas soviéticas fueron retiradas con urgencia de la República Democrática Alemana, Polonia, Checoeslovaquia y Hungría.
Las promesas de George Bush padre a Mijaíl Gorbachev de que "la OTAN no avanzaría ni un metro hacia el Este" no se cumplieron.


Pasado un mes literalmente desde la caída del Muro de Berlín, Bush padre envió 26 mil soldados a Panamá, mostrando con eso que la fuerza militar sería el factor clave en la política de EEUU.
A comienzos de la década del 90 comenzó la primera guerra en el golfo Pérsico, y a inicios del siglo XXI, la segunda.
En el intervalo, fue sometida a bombardeos la Yugoslavia dividida. De Serbia se separó un 20% de su territorio, surgió un nuevo Estado - Kosovo - bajo el protectorado de la OTAN.
Bush hijo declaró que EEUU cesaba de cumplir el Tratado START de 1972, considerado piedra angular de la seguridad; Moscú congeló su participación en el Tratado de las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa; el ataque terrorista a las torres gemelas del Centro de Comercio Internacional de Nueva York provocó la guerra en Afganistán, la que dura hasta hoy día; los gastos militares de EEUU aumentaron hasta 670.000 millones de dólares... Luego hubo guerra en Osetia del Sur.

La seguridad del planeta y de cada Estado no se hizo mayor en los últimos 20 años. Con la caída del Muro de Berlín dejó de existir el mundo bipolar que tenía por base el temor del exterminio nuclear mutuo. Pero el mundo monopolar también ha resultado ser inconsistente.

Se hace obvio que hace falta modificar relaciones entre los países y las alianzas, crear sistemas de seguridad de carácter multipolar. Para realizarlo, podríamos aprovechar la experiencia adquirida hace 20 años, época en que los países de los campos en oposición llegaron a comprender que el menosprecio a unas divergencias no esenciales favorecería a todo el mundo. Esta es la principal lección que nos dio el Muro.

Directora de RIA Novosti llama a tratar con sumo cuidado temas históricos

Se requiere el máximo cuidado a la hora de tratar los temas históricos, subraya la directora de RIA Novosti, Svetlana Mironiuk, en un comentario publicado hoy en Gazeta.Ru y que se reproduce a continuación:

La historia de "Stalin y RIA Novosti" se desarrolló sobre un guión clásico, el de una tormenta en un vaso de agua. Si no fuera por el colosal alboroto que ha generado y los daños que ha ocasionado a la reputación de RIA Novosti, no tendría nada especial: un simple error periodístico, el insuficiente dominio del tema, una actitud preconcebida y la adhesión a los clichés.

Hay dos connotaciones en esta situación: una, personal, y la otra, social. La personal consiste en que el periodista Andrew Rettman, de la edición digital www.euobserver.com, buscaba sensacionalismo a toda costa. Sin detenerme en el análisis del artículo, algo que RIA Novosti ya hizo en una detallada nota de prensa, recordaré su esencia: un fulano le comentó algo a un mengano sobre la supuesta "limpieza" de la imagen de Stalin (como si, en principio, uno pudiera lavar la imagen de personalidades históricas y no fuese la propia Historia la que se encarga, con el transcurso del tiempo, de ponerlo todo en su lugar).

Se afirmó que RIA Novosti se empeña en cambiar la actitud negativa hacia Stalin, contrató a tales efectos a asesores occidentales y planea celebrar una serie de eventos públicos en Medio Oriente, Lejano Oriente y Ártico. En fin, eurorumores triviales que circulan en los pasillos.

Andrew Rettman pidió comentarios a RIA Novosti. Mis colegas se rieron, desmintieron lo de Stalin, explicaron que la agencia planea reanudar la edición de un periódico en idioma árabe - Anba Mouskou (Novedades de Moscú) - en 16 países, así como celebrar una conferencia sobre el Ártico en el marco del Club de Discusión Internacional Valdai que lleva seis años funcionando con el apoyo de RIA Novosti. Lo de un evento en el Lejano Oriente era, por lo visto, el próximo lanzamiento de un servicio de noticias económicas de RIA Novosti en idioma chino.

Ninguna de estas cosas tiene elementos sensacionales; son parte de la rutina laboral de un grupo multimedia que es nuestra agencia. Por tanto, Andrew Rettman no lo oyó o simplemente no quiso oírlo. Mucho más tentador, desde luego, era mezclarlo todo en un solo artículo.

La postura del periodista de EUobserver me parece preconcebida. No puedo interpretarla de otra manera. Jamás fui partidaria de las teorías conspirativas pero el artículo, a pesar de que la agencia dejó muy clara su actitud al respecto, fue publicado cínicamente en vísperas del 30 de octubre, fecha en que Rusia conmemora a las víctimas de represalias políticas. Al cabo de los primeros tres días en que lo recogió únicamente la prensa georgiana, otros medios numerosos decidieron de repente reproducirlo sin que ninguno de ellos solicitara comentarios o confirmación a los colegas de RIA Novosti. ¿No es acaso un síntoma de la grave crisis profesional en el gremio periodístico y la pérdida de nociones tales como ética, probidad y solidaridad gremiales?
En el medio siglo que existe la agencia Novosti, nadie le ha reprochado la apología del estalinismo, ni siquiera en los tiempos de la Guerra Fría. Solomón Lozovskoi, fundador de Sovinformburó que se transformó más tarde en APN y, luego, en RIA Novosti, cayó víctima de las represalias estalinistas, por cierto: fue fusilado en 1952. En cuanto a la agencia de hoy, sus periodistas tienen un promedio de 28 años de edad y ven en el estalinismo un capítulo remoto y temible del pasado.

Unas cuantas palabras más sobre lo personal. En mi familia también hubo represaliados. La bisabuela de mi hijo mayor pasó casi 10 años en los campos de concentración estalinistas después de que su padre fuera ejecutado en 1937. En cuanto a mi generación, la de los cuarentones, somos los llamados "hijos de la perestroika" y nos tocó vivir en persona un período de revisión y revalorización de la historia patria. Los principales hitos de mi juventud universitaria, que transcurrió en Europa, fueron la caída del Muro de Berlín, la ejecución de Ceausescu y la desintegración del bloque socialista en la Europa del Este.

Y ahora, sobre la componente social de este bulo. Imagínense la reacción de periodistas a la noticia de que un respetado medio alemán se propone lavar la imagen de Hitler, o que una famosa agencia española explicará en Europa los aspectos positivos del régimen franquista, o que los italianos planean lanzar una campaña pública para rehabilitar a Mussolini. ¿Quién se habría creído semejantes disparates? ¡Ni siquiera serían publicados! ¡Imposible! ¿Por qué, entonces, se publican como si nada las mismas cosas sobre Rusia, a pesar de que son desmentidas a título oficial?

Claro que nosotros mismos hemos contribuido en gran medida y seguimos contribuyendo a esta percepción. No nos esforzamos por hacernos comprender, y la verdad es que pocos desean comprendernos. Es el mayor problema y es en lo que deberíamos trabajar en lugar de hacernos los ofendidos.

Pienso que la Historia es objeto de antagonismo político entre los Estados de hoy. La práctica totalidad de las negociaciones que el presidente y el primer ministro de Rusia mantuvieron en Europa a lo largo del último año trataron en uno u otro grado el contexto histórico, y algunos derivaron incluso en serias batallas verbales, en respuesta a ciertos reproches que Rusia considera injustificados. La primera pregunta que hicieron este año a Putin durante su reunión con los miembros del Club de Valdai fue cómo evaluaba el pacto Ribbentrop-Molotov.

Usar las discrepancias históricas como instrumento de presión es una tendencia de moda entre las naciones de la Europa del Este. ¿Por qué las reclamaciones de carácter histórico no predominan en las relaciones entre España y Francia, o entre ésta última y Gran Bretaña, o entre Polonia y Alemania cuyo pasado colectivo abunda en virajes difíciles? ¿Por qué funcionan en este caso la tolerancia recíproca y la búsqueda de elementos unificadores, por encima de los factores que dividen a los países de la UE? Creo que los políticos debieran plantearse la introducción de cierta moratoria para no usar en el sistema de relaciones internacionales diversas interpretaciones históricas de los acontecimientos que tuvieron lugar en el siglo pasado.

Hay un acuerdo que proclama la intangibilidad de las fronteras en la Europa de posguerra. También hace falta un convenio para impedir que la Historia se someta a revisiones y sea usada como herramienta para la consecución de fines pragmáticos. Se requiere sumo cuidado con la Historia. A falta de otros argumentos en la polémica, las partes suelen presentar como carta de triunfo interpretaciones opuestas de un mismo contexto histórico que es invariable.

Lo correcto, en mi opinión, es renunciar a las exigencias de que una nación se arrepienta y pida disculpas a otra por algunos acontecimientos del pasado reciente o remoto; dejar de apelar a terceros o a instituciones supranacionales para que evalúen ciertos sucesos históricos. Es un camino que conduce a un callejón sin salida, a unas exigencias absurdas, por ejemplo, la de que los mongoles soliciten perdón a Rusia por tres siglos de lo que nadie sabe a ciencia cierta, si fue o no "opresión".

Lo anterior no significa que haya que olvidar todas las experiencias negativas del pasado, voltear la página y seguir pragmáticamente adelante. Sin revisar y analizar nuestro pasado, perderíamos la memoria histórica, seríamos una sociedad miserable en plano moral. Ahora bien, sólo hay cabida para la penitencia cuando en la sociedad, no en el poder, se forma una evaluación universalmente aceptada de ciertos acontecimientos históricos, tal y como fue en Alemania. La actuación del respectivo régimen en el ámbito internacional refleja en este caso las expectativas y las percepciones de la sociedad.

También existen guiones alternativos. Hay un modelo que funciona, el de España, que pasó por una cruenta guerra civil en el siglo XX y en la que conviven pacíficamente los partidarios de Franco y las antiguas víctimas u oponentes de su régimen. Los monumentos de la época franquista son objeto de asiduas visitas pero hay un acuerdo no escrito a escala nacional para no fomentar la discordia con este tema. Ya se harán las evaluaciones correctas con el transcurso del tiempo sin que el asunto haya generado división social. (¡!)
La época de Stalin y varias décadas de totalitarismo son temas muy delicados y sensibles en Rusia. Todavía están vivas las generaciones de aquel período y, a mi juicio, aún está por conseguir el consenso social en lo que respecta a su evaluación. Se requiere tiempo para ello. La historia postsoviética de Rusia cuenta menos de 20 años. Se necesita un debate público a nivel de historiadores y expertos, tanto dentro del país como con la asistencia de colegas extranjeros y representantes de diversas escuelas históricas. Todo ello, sin que la polémica pase al plano político y complique las relaciones.

Lo de "Stalin y RIA Novosti" hizo evidente una cosa: en adelante, la agencia promoverá con toda seguridad proyectos históricos. Es necesario llenar el vacío, impulsar un diálogo profesional entre historiadores rusos, europeos y estadounidenses en lo que se refiere a los complicados temas históricos que afectan a la Rusia de hoy. Temprano o tarde, este diálogo de profesionales derivará en un debate público, en evaluaciones y en acciones. RIA Novosti contribuirá a ello por todos los medios.

¿Qué si pondremos un pleito contra Rettman? Lo dudo. Está mal que los medios de comunicación se persigan judicialmente, aparte de que aún creo en la objetividad y en los elevados estándares profesionales del periodismo europeo. Mi intención es escribir una carta al director de EUobserver exponiendo la situación al detalle y solicitando que aclare el escándalo, una tormenta en un vaso de agua.

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