Cristianos e hipócritas en general

Eran héroes de occidente, hoy perseguidos como alimañas y exterminados con familias, aldeas y clanes enteros.
Hace 30 años la democracia cristiana pujolista aclamaba en su hoja parroquial (mantenida a base de talones mensuales de la Generalitat, como el avui y como todo quisque sabía y callaba), a los héroes talibanes que, armados sin tapujos por el fascismo occidental, tenían como objetivo acabar con el gobierno legítimo y democrático de Afganistán, mayoritariamente comunista.
El régimen comunista fue masacrado por los mismos señores del opio que había alimentado Inglaterra cuando obligaba a China a aceptar opio y extender su uso entre la población, con la inestimable ayuda de todas las potencias coloniales que querían exprimir a fondo al gigante chino. (Revuelta de los boxers).
El presidente de Afganistán, capturado por aquellos héroes de la cristiandad, fue sometido a pública tortura y asesinado ante las cámaras, para que, desde el Vaticano a Jerusalén pasando por Balmoral, los que pagaban prepararan el pago a los sicarios. Los Torquemadas brindaron con cava.
Después, mucho después, cuando los narcos dominaban bajo su neolítica ideología el país entero, tribu contra tribu, en busca de mercados para su morfina, heroína o codeína, bajo receta médica o bajo mano, algun@s empezaron a protestar por acá, no tanto por el narcotráfico que aniquilaba jóvenes a miles en las cloacas occidentales, sino exclusivamente por el mal gusto de que las señoras fueran obligadas a llevar burkas -moda tan común en aquellos pagos de clima brutal como las drag queens en el Vaticano-, algo intolerable para una democracia cristiana que ve oriente como un gran burdel donde ejercer líbremente los vicios que aquí, en el papel y para las clases villanas, están prohibidos para quien no tenga bula y copón. ¡Hay que poder ver y tocar la mercancía, antes de pagar, en el mercado de esclavos!
Ahora, aquellos héroes anticomunistas de los Durán, Pujol, Rajoy, Zapatero y demás chusma fascistoide, son la piel de satanás. Súbitamente, por el impacto de una campaña judeocatólica y wahabí contra el islamismo socialista shií, ante la necesidad de mantener el estado de guerra para evitar el libre y próspero desarrollo de aquellas naciones que siempre sirvieron de almacén barato y fábrica de carne de cañón. No sea que su independencia suponga tener que pagar salarios justos, en vez de limitarse a sobornar al cacique o monarca de turno y chupar de allí, descolocando aquí y reduciendo el concepto democracia a la burla fascista inglesa o yanqui.
O a la democracia orgánica hispana, con 60 años de permanencia y el aplauso torero y rociero de turbas ignorantes cada vez peor educadas.
Esos son los que quieren hacer norma de la supresión de la lucha sindical y los convenios colectivos, como ya convirtieron el derecho a huelga, sin cajas de resistencia, en un acto masoquista y estratégicamente inútil para la clase trabajadora. Pacto directo entre el elefante egoísta e insaciable y la hormiga acoquinada y sin recursos ni fuerza negociadora: y le llaman reforma laboral en vez de aclamar de nuevo ¡vivan las caenas!, y poner una tarima de esclavos para la subasta diaria de los jornaleros que, a cualquier precio, se ofrecen por doquier, por una limosna y sin dignidad ni conciencia obrera. El hambre, hermano de la ignorancia, es así.
Y el domingo a misa, que es donde están la pasta y el buen enchufe: con los crucificadores.

Yo conozco idiotas que trabajan 14 horas al día por un sueldo de 8, españolitos ellos, y votan al PP porque, textualmente: "Algún día quiero ser rico, y los comunistas no me dejarían".
Como no se me ocurriría hablarle catalán a un tipo con cara de Rajoy -cuyo coeficiente no alcanza a la tabla del nueve-, o a un alcohólico declarado a gritos -como la Oreja y el bigote de ultratumba sin botella- tampoco pierdo el tiempo tirando flores a los cerdos, léase cristiano.
Es más divertido recordarles, como Kiko con Veneno, quienes son, de donde vienen y que se les ve tanto el culo como la pluma.
Porque, si justicia divina hubiere, tipos como el Tremosa o el Durán enviaba yo a visitar a sus héroes y homenajearlos como se debe, y no, como ahora, pagar a monjas de Navarra y mormones de Salt Lake City a asesinar cientos o miles de civiles, para poder decir y publicar que han matado, entre tantos inocentes, a dos talibanes (resultados de la última ofensiva de los bombardeos de San Obama sobre la población de Swat, según Le Monde), que anteayer eran los héroes del cristianismo mesiánico fascista de los pederastas y embusteros: Cañizares, Rouco y sus indecentes compañeros de piara irlandeses.
Hogaño, y desde 1982, los mismos "periodistas" del Correo de Convergencia y Unión, están colocaditos en TV3, sin haber hecho en su vida nada más que lo que ya hacían: hojas parroquiales y entrevistas a curas, obispos y cardenales. Los niños violados y silenciados. ¡No hay más dios que la pasta y el bolsillo es su profeta!
Per omnia se
cula seculorum!

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