¡Netanyahu con Mousavi!

Netanyahu apoya a Mousavi y a la oligarquía iraní del ricachón Rafsanjani, según cita la prensa rusa y calla la de aquí, lo que sin duda agradecerán los que tanto añoran al shah Reza Pamí, perdón Pahlevi, y sus buenos tiempos de libertad para ellos cuatro... ¡Hay apoyos que tumban!

Mientras, en Turkestán, Daguestán, Georgia, Ingushetia y Abjasia se recalientan los conflictos y aquí el petróleo sube, no movido por los productores, sino por los gobiernos para hinchar sus ingresos y poder invertir en la máquina represora y bélica. Mantener el negocio es el objetivo, a costa de obreros muertos, como es habitual. Y sin funerales de estado.

Sarkozy clama contra el Burka, Zapatero no dice nada de los nazarenos y los autos de fe obispales.

El Rajoy y su caterva financian a Manos Limpias (antigua Mano Negra asesina de jornaleros) en tanto el juez que presenta las conferencias del impío mono Moa, defensor del alzamiento de mercenarios fascistas contra la República, se permite mentir en público sin que nadie diga mu en el ministerio de justicia, no sea le monten los jueces otro pollo pasándose las leyes por donde suelen...

Ahora a por los dos sastres, el valiente y el dramaturgo, los principales enemigos del reino...

Hace algunos días dimos datos sobre la venta de armas. Ahora un análisis de expertos rusos, sobre las cifras y sobre Irán y otras cosas que no se dicen:

De RIA:

En 2008, los gastos en armas en el planeta sumaron 1'464 billones de dólares, es decir, el 2,4 % del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, lo que supone un incremento del 45 % en comparación con los gastos en armas de 1998.

Estas cifras fueron reveladas en un reciente informe del Instituto de Investigaciones de la Paz de Estocolmo (SIPRI). Según los analistas suecos, el factor principal que influyó en el aumento de los gastos militares a nivel global ha sido la guerra en Iraq, el retorno de Rusia a la arena internacional y el cada vez más creciente poderío de China.

Es indudable que esos factores han influido, sin embargo, las razones que han determinado la tendencia global ha sido el aumento de la tensión en el mundo actual.

Según el SIPRI, los mayores gastos militares en 2008 los hizo Estados Unidos con 607.000 millones de dólares, con una notable diferencia sigue China con 84.900 millones de dólares, Francia con 65.700 millones de dólares, Inglaterra con 65.300 millones de dólares y Rusia, en el quinto lugar, con 58.600 millones de dólares.

Dividido en dos bandos antagónicos hace 25 años, el mundo se vio inmerso en la denominada "guerra fría" y, a pesar de que costó muchos esfuerzos y gastos, las dos grandes potencias, en equilibrio, se convirtieron en un factor estabilizador.

Ambas potencias controlaban a los países de su área de influencia y, pese de la enorme cantidad de armamento acumulado y la dureza de la retórica, los conflictos locales en el mundo eran relativamente pocos.

El desmoronamiento del bloque socialista en la Europa del Este y, posteriormente, el colapso de la Unión Soviética, alteró la correlación de fuerzas existente y aumentó considerablemente la posibilidad de nuevos conflictos en el mundo.

Los nuevos países intentaron llenar el vacío que surgió, lo que irremediablemente condujo a nuevos conflictos locales, en particular en el territorio de la extinta URSS.

Los conflictos alcanzaron su punto máximo a medidos de la década de los años 90 y la estadística aproximada es la siguiente: de 1972 a 1974 hubo entre 25 y 30 conflictos en el mundo; entre 1985-1986 de 30 a 35; de 1992 a 93 los conflictos se dispararon a 45-50; ya después de la segunda mitad de la década de los años 90 hubo un descenso, y un nuevo acrecentamiento al comienzo del nuevo milenio.

Los países adversarios de la URSS en tiempos de la Guerra Fría emprendieron una política expansionista.

Según opina un grupo destacado de expertos, si para ese tiempo hubiera existido una "URSS fuerte", no habrían ocurrido los conflictos en los Balcanes y en el Golfo Pérsico porque con su influencia, Moscú no habría tolerado la agresión de Sadam Hussein contra Kuwait y en consecuencia se podría haber evitado la operación Tormenta del Desierto y también la intervención de tropas internacionales en el conflicto de Yugoslavia.

A finales de los años 90, se manifestó de forma muy clara la aspiración de la OTAN y, antes que todo de EEUU, de resolver sus problemas mediante el empleo de la fuerza, aprovechando la indiscutible ventaja de su potencial bélico. Tras el S-11, esta política desató la invasión de EEUU en Afganistán e Iraq.

El objetivo inicial fue la liquidación las organizaciones terroristas, pero esas invasiones no pudieron poner fin al terrorismo mundial. Ahora, ambos países afrontan una cruenta guerra civil, alentada por la intervención extrajera, para algunos una invasión, que se ha convertido en un foco de terrorismo al ocasionar muchas muertes entre la población civil.

En consecuencia, el creciente peligro de que puedan ocurrir nuevos conflictos militares, desde el sureste asiático hasta la América Latina, ha estimulado a muchos gobiernos a aumentar sus gastos en defensa, mejorar el armamento y la preparación de sus Fuerzas Armadas.

Además del incremento de los conflictos, en el aumento de gastos en defensa influye la subida de los precios del armamento y tecnología militar de última generación, lo que explica la situación cuando se reducen las compras por unidad armamento y al mismo tiempo se disparan los gastos de defensa.

Un caza moderno cuesta de 30 hasta 100 millones de dólares y mucho más (accesorios), cuando hace 25 ó 30 años el precio de un aparato de ese tipo no superaba los 8-10 millones de dólares. Ello influye en el aumento de los gastos de defensa incluso en las condiciones de devaluación del dólar de los últimos años.

Como resultado EEUU, que actualmente destina a defensa y armamentos más de 600 millones de dólares, está obligada a reducir paulatinamente la cantidad de armamento, desde portaviones hasta vehículos blindados, y esto también ocurre con otros países, entre ellos Rusia.

Al mismo tiempo, como vemos, la reducción de la cantidad de armamento y los arsenales de los países desarrollados no contribuye a que aumente la estabilidad en el mundo.
Ria Novosti.

Victoria de Ahmadineyad

La victoria del actual presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, en las elecciones presidenciales celebradas recientemente en el país persa no puede ser catalogada como una noticia trascendental a pesar de que para muchos, su triunfo en la primera ronda fue algo inesperado.

Muchos esperaban una contienda encarnizada entre el candidato oficialista y el político Mir Hussein Mousavi que durante su campaña electoral se manifestó a favor de la liberalización de la vida política y la introducción reformas económicas.

Porque parte de la opinión pública, tanto en Irán como en el resto del mundo, contaba con que la elección del nuevo presidente iraní se definiría en la segunda ronda.

Por eso, la publicación de los resultados del escrutinio no sólo desmoronó los pronósticos sobre la posibilidad de un cambio en Irán, sino que también hundió a los reformistas en un estado de consternación. Eso mismo ocurrió con muchos observadores en Occidente que tenían esperanzas en la victoria del candidato liberal, teniendo en cuenta las particularidades de la realidad política iraní.

Una postración hasta cierto punto comprensible. La victoria de Ahmadineyad significa la victoria del régimen de los ayátolla, para EEUU y Occidente, un interlocutor demasiado obstinado al momento de conversar sobre la política exterior iraní y asuntos como su programa nuclear, la situación en Oriente Medio, las relaciones de Teherán con Israel y los movimientos Hezbollah y Hamas.

Recordamos que el actual presidente Ahmadineyad se enfrentó contra tres políticos antiguos funcionarios de primer rango de la élite política iraní.

El ex jefe de Cuerpo de los Defensores de la Revolución Islámica Mohsen Rezai, que se autocalificó como candidato independiente, el ex primer ministro de iraní Mir Hussein Mousavi que ocupó este cargo durante la guerra iraní-iraquí (1981-1989) y el ex presidente del parlamento Mehdi Karroubi, que en los pasados comicios ocupó el tercer lugar en la primera ronda.

En calidad de candidatos a la presidencia iraní, los tres antiguos funcionarios iraníes dedicaron su campaña electoral a atacar por todos los frentes a Ahmadineyad, el único funcionario público en ejercicio, y aquí es oportuno destacar que el apoyo financiero de las campañas de la oposición corrió por cuenta de uno de los hombres más ricos de la oligarquía iraní, el ex presidente Hashemi Rafsanjani.

¿En qué basaron su optimismo los partidarios a las reformas? El sentido común les indicó que la política de Ahmadineyad tenía muchos puntos vulnerables.

En política interior, el incumplimiento de las promesas hechas para combatir la inflación y el desempleo. Durante el mandato de Ahmadineyad la inflación en Irán aumentó hasta el 25 % y el paro ascendió al 15 %.

En política exterior la situación también tambalea, porque la obstinación de Ahmadineyad en relación al programa nacional para el enriquecimiento de uranio ha costado el aislamiento económico de Irán.

En debates televisivos difundidos en directo, los candidatos rivales acusaron a Ahmadineyad de mentir en todos los aspectos de la política interna e insistieron en la necesidad de reconsiderar la política exterior en Oriente Medio, en especial en Líbano y la búsqueda estrategias nuevas para resolver el contencioso en torno al programa nuclear y el restablecimiento de contactos oficiales con EEUU.

A las llamadas a combatir la inflación, el paro y el restablecimiento del sistema de gestión en la economía desmantelado por Ahmadineyad, algunos de los candidatos presentaron planes concretos.

Así, Mousavi, considerado liberal, de forma inesperada propuso un programa populista al manifestarse a favor de la total nacionalización de la industria petrolera y la máxima intervención del Estados en la economía del país.

Cabe suponer que ese programa estaba más que todo dirigido al electorado iraní cansado con los intentos de reformas económicas inconclusas, y aunque parezca paradójico, el electorado no reaccionó favorablemente ante el programa propuesto por Mousavi. Según expertos rusos, la mayor parte del electorado iraní prefirió apoyar a Ajmadineyad que se manifestó a favor de un Irán fuerte.

Ahmadineyad ganó porque apostó con la carta de la "idea nacional": Irán no debe ser considerado una estación de gasolina de Occidente en Oriente Medio, y Teherán tiene derecho a desarrollar su industria nuclear y ésto le permitirá exportar más hidrocarburos.

Aunque también hay otras versiones. Los recientes comicios en Irán no pudieron conllevar a cambios radicales en la política exterior de Irán, porque esos asuntos, y el programa nuclear se encuentra bajo el control del líder espiritual y Jefe de Estado de Irán, el ayatolá Alí Jamenei.

Es poco probable que los ayatolás, que hacen todo lo posible para mantenerse en el poder, estén interesados en promover cambios radicales, y es comprensible que la victoria de Mousavi con planes de hacer cambios sea la opción más favorable para Occidente.

Sobre todo para la solución del programa nuclear iraní. Para el día de hoy sólo queda la esperanza de que la comunidad internacional pueda convencer a Teherán para que regrese a la mesa de las negociaciones. Y ahora, tras los comicios, la comunidad internacional deberá negociar de nuevo con Ahmadineyad que representa el sector intransigente en Irán.

(TV3 de Sión les llama conservadores, mezclando su concepción sionista de la economía y de la política en un alioli sin ajo, desestructurado hasta la manipulación más ofensiva para cualquier cocina. ¿Más liberal que Mousavi y sus amigos apoyados por la pasta de UK, RFA, Francia y demás comparsas neocons?
Cuando el incompetente Trichet aboga por quitar la cláusula de revisión de salarios por la inflación, en vez de dimitir por su patética carrera de incongruencias y desaciertos y devolver lo cobrado por decencia, él y sus grandes gurús de las finanzas persisten en la política de robar de lo público hacia lo privado para poder decir después que lo público -sin dinero- no funciona...

Y los comentaristas, cortesanos de aquí, mirán a Irán y hablan de justicia, democracia y el caviar del Valle de Arán, bueno porque tiene "un 10% de la vitamina B12 que necesitas al día": en Tv3 se come y cobra bien, no hay duda. Carles)

En general, Occidente ha adoptado una postura de espera. Únicamente la República Checa que preside la Unión Europa expresó preocupación por presuntas violaciones en los comicios presidenciales de Irán.

Los principales oponentes de Ahmadineyad, en especial Mousavi, denunciaron violaciones en los comicios, y las manifestaciones de sus partidarios en enfrentamientos con la policía han ocasionado (cifras segundo día) al menos ocho muertos entre la población civil y la imposición de censura informativa.

Por su parte, Moscú espera que durante su segundo mandato, el presidente electo Ahmadineyad muestre pragmatismo y sea más flexible. Como opina el diputado ruso Konstantin Kosachov, el presidente electo iraní debe reconocer que la vía para garantizar la seguridad nacional se apoya en la cooperación e interacción con el mundo y en la permanente confrontación. (Suponemos que se refiere a confrontación diplomática para evitar conflictos armados. C.).

En primer lugar, la cooperación sobre el programa nuclear iraní, más exactamente su transparencia.

Desafortunadamente, el programa nuclear iraní despierta muchas sospechas, y esto lo explica la tensión que existe entre Teherán y algunos gobiernos influyentes de la comunidad internacional.
Ilia Kramnik, RIA Novosti.

Jamenei: EEUU sin derecho moral

El líder religioso de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, declaró que la política de EEUU en Afganistán e Iraq no le da derecho moral para hablar de la violación de derechos humanos en Irán.

"Las observaciones de la Administración estadounidense sobre la restricción de derechos humanos en Irán están fuera de lugar. Después de lo cometido por EEUU en Afganistán, Iraq y otras partes del mundo se hizo obvio que los dirigentes estadounidenses no tienen ni idea sobre los derechos humanos", dijo el ayatolá, al pronunciar un discurso ante miles de ciudadanos reunidos cerca de la Universidad de Teherán.

Fue el primer discurso que Jamenei pronunciaba tras las elecciones presidenciales del 12 de junio y las masivas acciones de protesta que las siguieron. Los comicios fueron ganados por el presidente iraní en ejercicio, Mahmud Ahmadineyad, quien obtuvo el 62,63% de los votos, y su rival electoral, el ex primer ministro Mir Hosein Mousavi, acumuló el 33,75% de los votos.

Mousavi anunció su victoria antes de hacerse públicos los resultados oficiales de los comicios y más tarde acusó a las autoridades de fraude. Anunciados los resultados del escrutinio, miles de partidarios de Mousavi se lanzaron a las calles de Teherán saqueando e incendiando tiendas. Según medios noticiosos (iraníes y occidentales), en los choques durante las jornadas de protestas y enfrentamientos con la policía han muerto entre 13 y 19 personas. Varios países expresaron una seria preocupación por la situación en Irán tras los comicios.

Chávez pide respeto hacia Irán

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pidió ayer respeto a Irán y a su Gobierno y denunció que se está intentando socavar la fortaleza de la Revolución iraní. Dijo que el triunfo del reelecto presidente, Mahmud Ahmadineyad, fue "en toda la línea".

"Saludamos desde aquí a Mahmud Ahmadineyad, el gran presidente que tiene Irán, al pueblo iraní, al Ayatolá, Imán Jamenei, y pedimos al mundo que se respete a Irán, porque están tratando de socavar la fortaleza de la Revolución iraní. Pedimos respeto al mundo", dijo el mandatario venezolano en el programa "Aló, presidente" desde el estado de Zulia.

"El triunfo de Ahmadineyad ha sido un triunfo en toda la línea; están tratando de manchar el triunfo de Ahmadineyad y con ello debilitar al Gobierno y a la Revolución Islámica. Yo sé que no lo van a lograr. Desde aquí nuestra solidaridad al hermano pueblo iraní", insistió.

La jura para el 26 de julio

El presidente electo de Irán, Mahmud Ahmadineyad, y el nuevo gabinete de ministros prestarán el juramento el 26 de julio y el 19 de agosto respectivamente, informó hoy la agencia oficial iraní IRNA.

Según la agencia, fijó las fechas de la investidura el Legislativo de la República Islámica.

La televisión estatal iraní informó este martes de que el Consejo de Guardianes de Irán, máximo órgano legislativo, no detectó infracciones importantes en las elecciones parlamentarias y volvió a rechazar la solicitud de los candidatos derrotados de anular los resultados de los comicios.

Los candidatos derrotados -el ex presidente del parlamento Mehdi Karubi, el ex primer ministro Mir Hosein Mousavi y el ex jefe de la Guardia Revolucionaria Mohsen Rizai- se reunieron la semana pasada con el Consejo de Guardianes para presentarles sus reclamaciones sobre los comicios.

Tras la reunión, el Consejo se negó a anular los resultados, al aceptar sólo el recuento de un 10% de los votos.

Según los resultados oficiales, la victoria en los comicios la obtuvo el actual presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, con el 63 % de los votos, y el segundo lugar, el candidato reformista Mousavi con el 34 % de los sufragios.

Según observadores, las actuales manifestaciones en Teherán suponen el desafío más importante que se produce contra las autoridades iraníes desde la proclamación de la revolución Islámica en el país persa en 1979.

El Consejo de Guardianes es un cuerpo integrado por 12 hombres, seis altos clérigos nombrados por el líder religioso supremo, y seis juristas islámicos que deben velar por la correspondencia de todas las leyes con la Sharia islámica y con la Constitución iraní. También vetan candidatos en las elecciones y deben aprobar los resultados electorales.

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